27 Oct Juan Carlos y Johanne: dos generaciones al servicio de la Escuela de Ingeniería Mecánica
27.10.2022
Entre los funcionarios de la PUCV se encuentran los auxiliares de servicios, quienes realizan labores de apoyo para el desarrollo de las actividades académicas, garantizando el orden y aseo de los espacios físicos.
En la Escuela de Ingeniería Mecánica todos los profesores y alumnos conocen a don Juan Carlos Páez, auxiliar de servicio, que comenzó su historia en la PUCV hace casi tres décadas.
“En el primer lugar que estuve en la Universidad fue justamente aquí, en la Escuela de Ingeniería Mecánica, prestando servicios como guardia. Luego como no estaba contratado en la Escuela pasé al colegio Rubén Castro. Ya con contrato allá estuve 25 años, hasta que me designaron para acá nuevamente hace 4 años”.
Explica que, al reincorporarse a la Escuela de Ingeniería Mecánica, se sintió en su casa.
“Como ya había estado antes me sentía cercano, conocía los espacios, a algunos profesores de aquellos tiempos. Acá soy encargado de piso y tengo salas a mi cargo. Mi responsabilidad es hacer el aseo en esas áreas, prender los data y computadores, dejar el aula lista para que los alumnos y profesores puedan desarrollar la clase correctamente”.
Afirma que en la Escuela de Ingeniería Mecánica se siente bien y que el respeto siempre ha caracterizado su relación con alumnos y profesores. La disciplina de trabajo que ha desarrollado durante estos años, asegura, ya forma parte de su cotidianidad.
Don Juan Carlos está a punto de iniciar el proceso de jubilación y dentro de unos meses ya no será parte de la Escuela, sin embargo, las casi tres décadas recorriendo los pasillos de la PUCV ya han marcado para siempre su vida.
Él es también parte de la historia de la PUCV, representa a tantas personas que muchas veces desde posiciones anónimas, impulsan y construyen nuestra universidad.
Junto a don Juan Carlos se forma también una nueva generación de auxiliares que comparten el compromiso con la institución.
Johanne: de Haití a la PUCV
Hace 5 años Johanne Adéclat llegó a Chile. Más de 6 mil kilómetros, idiomas distintos, clima y cultura diferente separan a esta tierra de Haití, sin embargo, nada de esto ha impedido que se inserte como trabajadora en la Escuela de Ingeniería Mecánica.
“Llegué a la Escuela en mayo de 2022 y desde el inicio todo ha ido bien. La relación con los alumnos y profesores es cordial, me saludan y me respetan como yo los respeto a ellos. Lo más difícil ha sido el tema del idioma, aunque lo he aprendido bastante bien, a veces hablan muy rápido y no comprendo y me aturdo un poco (sonríe). También trabajar con personas que hablan español me ha ayudado a desarrollar y a entender mejor”.
Ella realiza fundamentalmente labores de limpieza en baños, aulas, áreas comunes, el patio y es la única mujer miembro del grupo de auxiliares en la Escuela de Ingeniería Mecánica.
“Realmente no ha sido difícil para mí insertarme en este grupo solo de hombres, no veo diferencia. En Haití yo trabajaba en la construcción también rodeada de hombres, haciendo trabajos fuertes y siempre fue bien, ese tipo de trabajo me gusta, nunca ha representado un problema. Aquí en la Escuela si es necesario nos ayudamos entre los compañeros pero considero que yo, como mujer soy capaz de ejercer cualquier trabajo”.
Paralelo al empleo, Johanne tiene un pequeño de casi 5 años que requiere su tiempo y atención. Él es lo más importante en su vida y lo que la motiva a trabajar y superarse.
Desde que pisó Chile, Johanne no ha regresado a Haití pero, aunque más de 6 mil kilómetros la separan de su tierra, aquí también se siente como en casa.
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